¡No cometas estos errores con el vestido de novia!
Para muchas chicas, el sueño ideal es casarse de blanco, llevar un vestido precioso y vivir un día inolvidable. Por eso, es importante que todo esté hecho al detalle y asegurarse de que saldrá perfecto, pero sin duda, el vestido de la novia es la parte que más quebraderos de cabeza conlleva.
En primer lugar, la opinión de una madre cuenta, pero escuchar 15 opiniones, ¡no va a llevar a nada! La novia ha de sentir un flechazo con un vestido y nada debería cambiar esa opinión. Para aclararte las ideas, puedes inspirarte con las últimas tendencias en vestidos nupciales y seguir leyendo para conocer cuáles son los errores que debes evitar cometer.
1. Lo primero es la elección del vestido. Quizás es lo que más tiempo lleva y lo que más importa a la novia. Es por este motivo que os aconsejamos ir acompañadas de las personas más cercanas (como mucho 2-3) a elegirlo. Contar con la opinión de las personas que mejor nos conocen será más eficaz que escuchar a 10 y al final frustrarnos. La mejor ayuda es la de mamá y si quieres algún especialista o estilista experto en bodas.
2. Antes de empezar a mirar los vestidos, es recomendable conocer más acerca de los estudios de diseño que barajamos si el vestido va a ser hecho a medida, o visitar (sin mirar los vestidos) las tiendas en las que se comprará. Tienen que conocer a la novia y sobre todo darle un trato único, ya que es un momento muy decisivo. A continuación, se pueden empezar a mirar los modelos y por último toca mirar presupuestos.
3. Tanto la boda como el matrimonio tienen un mismo hilo conductor, pero el vestido de la novia es diferente en función del tipo de enlace que sea. El vestido se ha de escoger en función del entorno.
4. El vestido debe sentar bien, y no “disfrazar” a la novia. Ella es la protagonista y ese vestido será recordado por siempre jamás, así que hay que procurar que no se deje llevar por opiniones o apetencias, sino hacer uso de la razón y decidir en función de la estética y de la comodidad.
5. La tentación es fuerte, pero no hay que dejarse llevar por un vestido que nos encanta y no tener en cuenta el precio. Es aconsejable partir con un presupuesto y definir cuánto se gastará en el vestido y cuánto en los accesorios.
6. Armonía es la palabra clave a tener en cuenta. Un vestido de princesa con bordados no puede ir acompañado de un cabello largo y suelto. Es decir, el vestido ha de ir acorde al peinado y al maquillaje, por lo que merece la pena contar con un profesional.