La chaqueta bouclé: ideal para 5 ocasiones

A sus 71 años, la diseñadora mundialmente conocida Coco Chanel diseñó la típica chaqueta bouclé (tipo Chanel). Eso fue en el año 1954. Hoy en día, la moda ya no es igual que antes, pero esta prenda apenas ha cambiado desde entonces y se consolida como un clásico absoluto.

1. La chaqueta bouclé para la oficina

La chaqueta bouclé es el complemento perfecto para cada estilo, incluso en la oficina. Un simple pantalón de tela ajustado o, por el contrario, uno de piernas anchas tipo Marlene y una blusa sencilla sin decoraciones pueden ser los agregados perfectos. Si la chaqueta es de colores pálidos como limón, rosa o menta, el pantalón y la blusa pueden ser azul marino o negros.

2. La chaqueta bouclé para un almuerzo con amigas

Seguramente las amigas mirarán con envidia la elegante chaqueta cuando lleguen al restaurante en su tenida casual: unos sencillos blue jeans con una blusa blanca larga. Y más no se necesita. Como calzado se puede llevar unos tacos medianos; incluso unas zapatillas estarían bien para la mesa. Como accesorio, un largo collar con pendientes charms, muy al estilo de la mismísima Coco.

3. La chaqueta bouclé para una cena

Las comensales algo tímidas para vestirse usarán un mono: negro, de tela opaca o brillante y con una sencilla camiseta con escote moderado. Las más atrevidas recurrirán a la llamativa chaqueta bouclé, acompañada por un modesto pantalón de tela o una minifalda y un top de un solo color.

4. La chaqueta bouclé para un funeral

Es casi un tema tabú en el ámbito de la moda y obviamente una ocasión para nada grata, pero de todas formas es válido preguntarse cómo deberá uno vestirse. Y la chaqueta bouclé viene nuevamente al rescate: en negro combina muy bien con el clásico vestidito también negro. Gracias a sus mangas largas y al hecho de que se puede cerrar por completo, la chaqueta esconde todo lo que no se debe ver.

5. La chaqueta bouclé para una entrega de premios

¡Esto sucede más a menudo de lo que se piensa! Puede que no sea necesariamente un premio propio; también como presentador o simple asistente sobre un escenario uno debe estar vestido para la ocasión. Y ahí es cuando entra en escena la chaqueta bouclé. Ya sea una falda plisada o una larga falda de tubo, unos jeggings apretados o una estilosa falda de lápiz… la chaqueta bouclé siempre viene bien. Debajo se puede llevar una polera o una blusa vanguardista.

Un poco de teoría sobre la verdadera chaqueta bouclé o tipo Chanel. Es fácil reconocer el original por sus características típicas: cuatro bolsillos reales, botones con el logo y también con sus ojales, el ribete rematado con el mismo color o con uno que contraste; y nada de telas reforzadas: la chaqueta mantiene su forma gracias a una pequeña cadena en la parte interna del dobladillo.